“Quizás la semilla que aquí siembro no nazca hoy; pero muero seguro de que algún día nacerá. No faltará entonces un buen alma que diga ¡pobre hombre!” Roque Bárcia

sábado, 17 de septiembre de 2011

La Perla del Sur

El 5 de Agosto de 2011, la pintora Charo Olías fue nombrada Isleña del Año en un homenaje organizado por la Asociación de Amigos de Isla Cristina en Madrid, presidida por Begoña Bilbao.

Diversos medios de información cubrieron la noticia. Entre ellos, el períodico LA HIGUERITA de Isla Cristina (Huelva), dirigido por Rafael López Ortega, dedicó amplia información en su ejemplar del 15 de Agosto. ver información
Nuestro agradecimiento a las personas mencionadas por su estímulo y generosa crítica de las primeras publicaciones de Roque Bárcia Ediciones, y a quienes sus autores dedican el siguiente relato:


La Perla del Sur
Cuenta una historia del pasado siglo, recogida en periódicos y revistas del aún cercano siglo XX -siglo de la Esperanza, hoy alejada, mañana quizá perdida- que un enamorado actor galés, de fuerte carácter -vital y teatral- quiso expresar su pasión enamorada a la diosa del cinematógrafo, de mirada profunda y violeta -también de fuerte carácter vital y teatral-, cualidades y condiciones ideales para la creación de grandes tormentas y tempestades en el océano, casi infinito, de su amor. Nada mejor encontró el galés, para amainar los temporales, que una enorme y prodigiosa perla, engarzada en bello colgante, que -otra historia más lejana cuenta- abrazó esbeltos y zarinos cuellos para que la perla, ya prisionera, durmiese sobre níveos y privilegiados bustos moscovitas. La historia de cómo llegó la perla hasta su penúltimo destino pertenece al secreto de la noche de los tiempos, aunque la leyenda revela que fue robada del mismísimo tesoro de Poseidón por una sirena, y entregada, junto a las infinitas perlas de sus lágrimas, al despedirse de la noche apasionada y del imposible amor de un marino enamorado.
   Durante este viaje prodigioso por la vida, en el cuaderno de bitácora de navegación, correspondiente al día del Señor, 5 de Agosto de 2011, se registra lo aquí trascrito:
“...Con el sol ya en el ocaso, descubrimos un archipiélago de blancas islas de admiración, reconocimiento y cariño, bien provistas también de alimento y bebida terrenales, donde mitigamos  hambre y sed de cuerpo y ánima y asistimos a escenas y aconteceres  prodigiosos que merecen ser relatados:
   En la isla situada más hacia Levante, descubrimos, bajo la bujía del imponente faro que, como en todas las demás islas, se erguía en su interior, a la más bella perla que la historia y la memoria del navegante recuerden. Custodiando, en Sur, tal maravilla, una bien esculpida cariátide de turmalina con rubí, quizá traída -o atraída- ese día a estas costas desde lejana metrópoli, se erguía sosteniendo con firmeza el frontal del templo del reconocimiento, envidiado, ese día, por el mismo Partenón, celoso de no poseer tanta calidez y elegancia entre sus imponentes columnas. Al otro lado, hacia Septentrión, se alzaba majestuosa y lejana, una diosa de obsidiana, símbolo del poder y del tiempo pasado y perdido en los remotos imperios colombinos de Nueva España.
   Quiso entonces el destino que Poseidón, buscador ancestral de su perla robada, se asomase desde sus dominios a la escena que contemplábamos y creyese haberla encontrado. Montado en delfines de cólera, encendido como coral, ordenó a Eolo el castigo por nuestra osadía, y, a la humanizada perla, el retorno a las profundidades del océano de los despropósitos. Sólo consiguió apagar algunas luminarias que reflejaban los rostros de los alegres y embelesados marinos en una mar en bonanza de entrañables recuerdos vertidos por la perla desde su enorme corazón.
    Habló un navegante de la mar de la superación, reconocido el año anterior en estas mismas latitudes, breve en su discurso, largo en sus emociones.
   Hablaron también cariátide y diosa: La mujer-columna, sin fisuras tampoco en la preciosa y tallada piedra de cálido verbo dirigido a la perla. Discurso, ya pronunciado por la diosa en pretéritas  singladuras, conocido por los navegantes que, con interés y respeto la escucharon en silencio, esperando –en vano- el anuncio de la buena nueva: la Pinacoteca de Isla Cristina ...”
   Desencanto del presente, inquietud por el oscuro futuro de las Bellas Artes en  el mar de la luz, en el tren de la cultura; jefes de estación que enhebran trenes imposibles y destino incierto: vagones metropolitanos, de cercanías, media y larga distancia,  y alta velocidad no pueden circular por la misma vía, sin descarrilar. Los vagones, como Aulas de las Artes y Talleres de los Oficios, cumplen una misión específica para la que fueron creados; no son unas mejor que otros; son diferentes e independientes entre si.
   La apisonadora de la insensibilidad y el desacierto amenaza la escuela y la formación de un patrimonio cultural de sólida e irrepetible base pictórica.
   Hagamos votos, para que la perla, que vieran brillar los navegantes en el ya mencionado día del Señor, 5 de Agosto de 2011, no acabe engarzada para adornar con su inmensa belleza el cuello ajeno y perfecto de alguna perfecta y merecida Ciudad de las Artes; título alejado, hoy por hoy, de la tierra -del océano-  que vio nacer y crecer a tan querido y entrañable tesoro nacarado.
            Antonio Carmona / Pablo Caballero              
 
  

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