Desde Isla Cristina (Huelva, España), cuna de nuestro personaje más universal, desplegamos las velas del rigor, del respeto y la admiración, para navegar por los inmensos océanos –nunca de aguas calmas- de su vida y de su obra, rumbo a algunos puertos –recalados por escasos navíos -, ocultados – si no incendiados o destruidos- por el miedo feudal e ignorante de sus muchos y privilegiados adversarios y enemigos.